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¿Qué es la Cirrosis Hepática?

La Cirrosis Hepática es una enfermedad crónica, difusa e irreversible del hígado, caracterizada por la presencia de fibrosis y nódulos de regeneración (cicatrices) en el hígado, lo cual se confirma al efectuar el estudio histopatológico (al microscopio) de las muestras tomadas de dicho órgano (biopsias).

La etiología (causas) de la Cirrosis Hepática son múltiples, dentro de ellas se enumeran las siguientes:

La cirrosis hepática suele diagnosticarse entre los 30 y los 60 años, aunque puede manifestarse a cualquier edad. Afecta ambos sexos, pero es más frecuente en el varón. En algunas ocasiones el diagnóstico es casual. Un examen médico efectuado por cualquier otro motivo descubre la presencia de “daño hepático”, esplenomegalia (bazo aumentado de tamaño), alteración en las pruebas de función hepática, trombocitopenia (plaquetas bajas) entre otras. Otras veces ya existen datos clínicos discretos como ictericia la cual es la coloración amarilla de piel o conjuntivas (mucosa de los ojos), gingivorragia (sangrado de las encías), petequias (puntos rojos en la piel por hemorragia), equimosis (moretones) y epistaxis (sangrado por la nariz), aumento del volumen abdominal por ascitis (líquido libre en el abdomen), agresividad o somnolencia, inversión en el ciclo del sueño vigilia (duermen de día y están despiertos de noche), hemorragia digestiva caracterizada por hematemesis (vómitos de sangre), evacuaciones con sangre “fresca” (roja brillante), evacuaciones melénicas (heces negras). Existen otras manifestaciones las cuales al igual que las anteriormente mencionadas pueden aparecer solas o acompañadas entre sí.

Una de las complicaciones más graves que pueden presentar los pacientes portadores de cirrosis hepática, independientemente de su etiología (causa), es el desarrollo de várices esofágicas y/o gástricas, aunque también pueden “aparecer” en cualquier parte del tubo digestivo, debido a que éstas tienen un riesgo potencial de romperse y consecuentemente presentar hemorragia la cual puede llegar a ser en un alto porcentaje intensa y con un alto riesgo de mortalidad, por lo cual es de suma importancia dentro de su protocolo de estudio la realización de una esofagogastroduodenoscopia (endoscopia superior, endoscopia alta) para su diagnóstico temprano (antes de la aparición del primer cuadro de hemorragia) o bien si el paciente ya presentó o presenta hemorragia digestiva con la finalidad de efectuar un tratamiento endoscópico específico (ligadura de las varices).

El Diagnóstico y tratamiento de la Cirrosis Hepática contempla diferentes aspectos y depende directamente del agente causante así como el descartar otras enfermedades que pudieran confundirse con ella, por lo cual es de suma importancia el diagnóstico preciso y lo más recomendable es acudir con oportunidad a atención médica por un GASTROENTERÓLOGO (médico clínico con una especialización en el estudio, diagnóstico y tratamiento de las Enfermedades del Aparato Digestivo, Hígado y Vías biliares).

El Pronóstico (cómo le irá al paciente) depende principalmente de la oportunidad diagnóstica temprana (en etapas iniciales de la enfermedad).