CÁNCER DE ESÓFAGO

UNA ENFERMEDAD CURABLE SI SE DIAGNOSTICA A TIEMPO.

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En México, desde 1990 los tumores malignos han representado la segunda causa de muerte en la población general. Los tumores malignos del aparato gastrointestinal constituyen, como grupo, la primera causa de muerte por cáncer en México.

 

    El cáncer de esófago tiene una incidencia documentada de 1 por 100,000 habitantes en México y de 3 por cada 100,000 personas en los países occidentales. Sin intervenciones diagnósticas y terapéutica podría representar una importante causa de morbimortalidad.

 

    El riesgo de desarrollo de cáncer de esófago se relaciona con muchos factores entre ellos destacan el consumo de alcohol y tabaco, otros asociados son enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), esófago de Barrett, estenosis esofágica, acalasia, escleroderma, ingesta de agentes cáusticos (por ejemplo sosa cáustica), historia familiar de cáncer digestivo (abuelos, padres, tíos, hermanos, primos, etc.), cáncer esofágico previo.

 

    La incidencia de cáncer de esófago aumenta con la edad, teniendo mayor riesgo en hombres que en mujeres (5 a 1), comienza su incremento a la edad de 40 años con una media de 65 años, sin embargo también puede originarse en pacientes más jóvenes y debe de ser considerado en los que presenten signos y síntomas de la enfermedad.

    El cáncer de esófago es de crecimiento lento, sus síntomas y signos clínicos más frecuentes son: disfagia progresiva (sensación de que se atora la comida), pérdida de peso progresiva, odinofagia (dolor al paso de los alimentos al deglutir o tragar), ronquera, anemia, sangre oculta en heces, regurgitación de alimentos recientemente o tardíamente ingeridos. Otros síntomas inespecíficos son fatiga, dificultad respiratoria y halitosis (mal aliento).      

 

    El pronóstico (cómo le irá al paciente) depende principalmente de la oportunidad diagnostica temprana (en etapas iniciales de la enfermedad), por lo cual es de suma importancia el diagnóstico preciso, siendo lo más recomendable acudir con oportunidad (en cuanto se presenten los síntomas) a atención medica por un gastroenterólogo (médico clínico con una especialización en el estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del aparato digestivo, hígado y vías biliares). Dentro de los recursos más importantes para diagnosticar el cáncer de esófago están la realización de esofagogastroduodenoscopia con toma de biopsias (endoscopia superior), la cual es aconsejable de realizar en el momento en que se presente el cuadro, además mediante la esofagogastroduodenoscopia es posible efectuar terapéutica (tratamiento) en casos específicos como la realización de dilataciones esofágicas, colocación de stents de metal expandibles (para mantener alimentación en forma natural por la boca) o algunas otras terapias endoscópicas específicas. Así también el estudio endoscópico es muy importante para descartar otras enfermedades que pudieran asociarse o confundirse con el cáncer de esófago. 

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