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¿Qué es la gastritis?
El término gastritis se utiliza para indicar la presencia de inflamación, daño epitelial y cambios regenerativos en la mucosa gástrica, lo cual se puede confirmar al efectuar el estudio histopatológico de las muestras tomadas durante un estudio endoscópico (biopsias).
La gastritis es el resultado de la exposición a agentes infecciosos, emotivos, físicos y químicos siendo estos lesivos para la mucosa gástrica de los cuales los más frecuentes son:
- El alcohol que es absorbido en el estómago produciendo inflamación de la mucosa, erosiones superficiales, hemorragias y edema.
- Medicamentos cuyo uso es muy frecuente sobre todo en la tercera edad.
- Agentes infecciosos: en 1983 se descubrió que la presencia del Helicobacter pylori (bacteria que habita en el interior del estómago) era responsable de alteraciones en la secreción acida, lo cual ocasionaba la aparición de gastritis aguda que al prolongarse llevaba a cambios profundos en la mucosa gástrica.
- Algunas otras enfermedades incrementan el riesgo de aparición de la UP como el síndrome de Zollinger – Ellison (el cual cursa con un incremento en la secreción de ácido gástrico), la cirrosis hepática, enfermedades pulmonares, insuficiencia renal, etc.
- El estrés intenso puede causar gastritis aguda hemorrágica e incluso la ulceración superficial de la mucosa.
- Radiación: la aplicación de radioterapia abdominal condiciona en muchos pacientes la aparición de gastritis aguda, acompañada de náuseas y vómito e incluso se llega a tener la necesidad de suspender el tratamiento.
- Reflujo biliar: el reflujo del contenido de bilis y jugo pancreático cumple también una función importante en las alteraciones de la mucosa gástrica, produciendo sintomatología importante.
La mucosa gástrica cuenta con mecanismos muy eficaces de protección entre los cuales se encuentran la integridad de la mucosa, presencia de una densa capa de moco con bicarbonato y un mecanismo de rápida regeneración celular, los cuales impiden que los factores agresores ya antes mencionados dañen directamente la mucosa o ayuden a que el mismo sea reparado casi inmediatamente, por lo tanto el desequilibrio entre protectores y agresores condiciona que se presente la gastritis aguda.
Las manifestaciones más comunes son dolor, náusea, vómito, sensación de plenitud, agruras y otras molestias localizadas en la parte superior del abdomen relacionadas en múltiples ocasiones con la presencia de los mencionados agresores.
Uno de los recursos más importantes para diagnosticar la gastritis aguda es la esofagogastroduodenoscopia (endoscopia superior) con toma de biopsias, la cual debe de realizarse en el momento en que se presente el cuadro permitiendo valorar la extensión de las lesiones, detectar la existencia de sangrado y descartar otros posibles diagnósticos entre ellos úlceras, tumores benignos y/o malignos.
El tratamiento de la gastritis aguda contempla diferentes aspectos y depende directamente del agente causante así como el descartar otras enfermedades que pudieran confundirse con ella, por lo cual es de suma importancia el diagnóstico preciso y lo más recomendable es acudir con oportunidad a atención médica por un gastroenterólogo (médico clínico con una especialización en el estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del aparato digestivo, hígado y vías biliares).