¿QUE ES VERDADERAMENTE LA ESOFAGITIS?
El término esofagitis se utiliza para indicar la presencia de inflamación, daño epitelial y cambios regenerativos en la mucosa esofágica, lo cual se confirma al efectuar el estudio histopatológico de las muestras tomadas durante un estudio endoscópico (biopsias).
La esofagitis es uno de los problemas de salud más frecuentes, llegando a afectar hasta el 50% de la población general, es el resultado de la exposición a agentes infecciosos, físicos y químicos siendo estos lesivos para la mucosa esofágica de los cuales los más frecuentes son:
1) Reflujo de ácido clorhídrico material biliar y/o pancreático al esófago (denominado como enfermedad por reflujo gastroesofágico), asociado o no a una hernia hiatal.
2) Agentes infecciosos: entre ellos podemos enumerar a virus (como herpes y citomegalovirus), hongos (como la cándida).
3) Medicamentos: cuyo uso es muy frecuente sobre todo en la tercera edad.
4) Radiación: la aplicación de radioterapia que afecte directa o indirectamente la mucosa esofágica.
El esófago cuenta con mecanismos muy eficaces de protección entre los cuales se encuentran la peristalsis (vaciamiento por movimiento), integridad de la mucosa, su esfínter (válvula) inferior, la saliva y la capacidad de rápida regeneración celular, los cuales impiden que los factores agresores ya antes mencionados dañen directamente la mucosa o ayuden a que el mismo sea reparado casi inmediatamente, por lo tanto el desequilibrio entre protectores y agresores condiciona que se presente la esofagitis aguda o crónica.
Las manifestaciones más comunes son pirosis (agruras), reflujo, eructos, salivación, dolor del pecho (frecuentemente confundido con dolor cardiaco), náusea, dolor de garganta, “asma bronquial”, bronquitis, ronquera, tos crónica y otras molestias localizadas en la parte superior del abdomen relacionadas en múltiples ocasiones con la presencia de los mencionados agentes agresores.
Uno de los recursos más importantes para diagnosticar la esofagitis aguda o crónica es la esofagogastroduodenoscopia (endoscopia superior) con toma de biopsias, la cual es aconsejable realizarse en el momento en que se presente el cuadro permitiendo valorar la extensión de las lesiones, detectar la existencia de sangrado y descartar otros posibles diagnósticos, entre ellos úlceras, lesiones pre malignas como el esófago de Barrett, tumores benignos y/o malignos.
El tratamiento de la esofagitis aguda o crónica contempla diferentes aspectos y depende directamente del agente causante así como el descartar otras enfermedades que pudieran confundirse con ella, por lo cual es de suma importancia el diagnóstico preciso y lo más recomendable es acudir con oportunidad a atención medica por un gastroenterólogo (medico clínico con una especialización en el estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del aparato digestivo, hígado y vías biliares).
